Estoy comprobando que el tiempo y la distancia son los mejores ingredientes para crear el olvido.
Sí, fabricarlo, producirlo...
Tan sólo hay que mezclar bien un poco de malos recuerdos para evitar la masa se esponje demasiado, una buena dosis de buenos momentos, distancia, olvido y 40 minutos horneándose a baja temperatura... así, con paciencia.
Pareciera una eternidad la que debemos esperar para saborearlo,
pero al final podemos comerlo con la tranquilidad que brinda un corazón sano.
No hay que comerlo todo de una bocanada, hay que disfrutarlo.
Huélelo, tócalo... siente el placer que te devuelve...
Bendita Vida!
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2 comments:
Buena receta.
Y buena sugerencia, el olvido de saborea despacito, después de la larga espera.
Saludos!!
ah.. un comentario... quién diría que te conocía... me recuerdas?
Así es niña! el tiempo y la distancia te ayudan a olvidar! eso es una practica que llevo mucho :D que tengas un excelente fin de semana! besos y graxias por pasar por mi blog! un gusto enorme
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