Soy una malabarista de emociones.
Arriba, abajo, triste y feliz.
Mi mundo sigue girando,
tic, tac... avanza el reloj.
Se secaron las lágrimas,
mi corazón perdió el color.
Se ha callado el ruido interior
y ahora escucho con claridad mis pensamientos,
mis sentimientos se distinguen
entre los pastos verdes
que no se riegan más con amargura.
Es verdad, no hay nadie mas.
Vivo mi vida conmigo misma
caminando por la cuerda floja
meintras manipulo la maraña de emociones
que se han hecho nudos apretados.
Pero tú no estás.
No quieras seguir siendo el contrapeso
que me da equilibrio,
como una lápida pesada sobre mi pecho;
el escudo que impide que los demás me dañen,
el escudo que enganchado a mi piel la hacia girones.
Tú no estás.
Vivamos con la cordialidad del ¡Buenos Días!
he descubierto que el amor sí se puede acabar.
La puerta sigue cerrada, deja de tocar.
Winter.
Foto de JUrrea.
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