Eres sólo un espejismo de mis deseos.
Nada es realidad contigo,
todo es falso:
Falso interés,
falsas atenciones,
falsos compromisos...
Eres, lo que te pida, mientras lo pida
y siempre que te sirva.
Yo pretendo como que te he perdonado
y tú pretendes que has cambiado.
Tú imaginas que me extrañas
y yo que te he olvidado.
Y somos felices por instantes,
mientras dura nuestra farsa,
mientras realizamos este trueque de fantasias
y después...
nos quedamos vacíos.
¿La diferencia entre tú y yo?
Es que yo no me he acostumbrado a la hipocresía.
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