Aquí estoy, frente a mi monitor ( en ausencia del cuaderno de mi vida y la tinta de sangre que llevan registro exacto de mis experiencias) luego de una buena velada acompañada de un sueño inconstante... analizando la evolución (aunque parezca inaudito) que ha traído a todos los aspectos de mi vida el estancamiento en el plano amoroso que he tenido en mi vida desde que empezaron a gustarme los “niños”, que por cierto fue como hasta que iba en último grado de primaria, y que se ha agudizado en estos 2 años y medio en que no he podido terminar de escribir mi historia a su lado... a pesar que la distancia ha hecho su aparición acompañada siempre de nostalgia y visitada en ocasiones por desprecio.
Increíble.. desastroso... trágico.. dañino... emocionante.. excitante... malévolo; llámenlo como gusten, pero este tiempo ha causado una revolución interna en mi que jamás en otras circunstancias hubiera llevado a cabo. Se acabó mi mundo rosa, la venda que cubría mis ojos fue desatada y, aunque por un momento mis ojos tardaron en acostumbrarse a la luz encandilados por su destello ( lo cual él señorito supo aprovechar al máximo) ahora empiezo a ver claramente... no del todo... pero mis ojos siguen abriéndose poco a poco en un constante esfuerzo por adaptarme a mi nueva realidad, o a la misma pero mas cierta, y empiezo a ver...
Sentimientos encontrados se desata diariamente en ocasiones con furia desastrosa y en otras con un viento apacible, pero igualmente dañino, rasgando poco a poco cada una de las fibras de mi corazón. Las lágrimas surcan su camino en un derrame constante y rítmico que pareciera interminable... y mi mente suele recurrir al artificio... invención que alivia mis pesares o que los agudiza... desequilibrio constante.
Y sin más.. heme aquí, en un intento desesperado por superar este trance en mi vida, dejar atrás el pasado y dejar así de tener que llorar para reír. A manera de verso... te presento el espejo de mi vida.
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