LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN

El sàbado, ya noche, iba sola en mi carro rumbo a un lugar en donde me encontrarìa con unos amigos, que ya estaban esperàndome. No suelo andar por esos rumbos (porque no tengo nada que hacer por allà, generalmente) asì que no estaba muy segura del camino que debía tomar, en adiciòn de que las calles estaban ya muy solas, dada la hora. Todo parecía indicar que iba bien cuando en un crucero dì vuelta hacia la izquierda; había avanzado tan sólo una cuadra cuando de pronto me topé con una batalla campal entre vecinos de la colonia esa (supongo) que estaban evidentemente alcoholizados y bastante violentos. Detràs de mì, de pronto aparecieron, si no contè mal, unas cuatro patrullas y unos cuantos carros que transportaban, como pude darme cuenta unos instantes despuès, màs rijosos que se sumaban a la batalla donde relucìan los palos, botellas y espaldas desnudas. Por un momento quedè acorralada. Mi primer reacciòn fue orillarme y el miedo empezaba a paralizarme... unos segundos despuès vi la oportunidad de retornar y asì lo hize, aunque tuve que ir en sentido contrario un tramo. Finalmente lleguè a mi destino, gracias a Dios, sana y salva, pero muy asustada.

Esta experiencia me hizo pensar lo inestable que son nuestros caminos, me refiero a la vida. Vamos avanzando en determinada direcciòn, pensando que todo va bien, cuando de pronto tomamos una "pequeña" mala decisiòn, aparentemente inofensiva e irrelevante, pero que no sabemos què consecuencia tendrà. O conocemos gente que nos puede cambiar la vida o la percepciòn que tenemos de ella... aveces podemos redireccionar nuestro rumbo, corregir; otras quizà sea imposible desandar lo que anduvimos y habrà que buscar la manera de seguir adelante.Y TODO EN CUESTIÒN DE INSTANTES...

Una pequeña acciòn y se puede echar a perder todo lo construìdo...